Después de 7 años de Mégane, le voy a dar el cambio (por cierto, lo tengo que vender… stay tunned).
A una persona que le gustan mucho los coches, el momento de elegir un nuevo vehículo es especial. Por supuesto, hay que leerse detenidamente todas y cada una de las características técnicas de los candidatos más suculentos y visitar todas las concesiones para ver de cerca lo que las fotos de la web y las revistas no enseñan.
Por una parte, tengo una duda tremenda entre 3 modelos. A falta de probarlos, me gustan mucho los 3 (descartados los que no puedo pagar que me gustan más, claro):
- El primero Tiene una buena dosis de equipamiento, es refinado y tiene 5 años de garantía. Es un coche para verlo desde dentro, a pesar de que desde fuera también es atractivo.
- El segundo viene menos equipado, el interior es el más espartano. Se espera de la marca que la calidad de los plásticos y sus ajustes sean mejores. Es de esos que dices «esa tapita que se abre debe durar dos telediarios entera». Eso sí, estéticamente, desde fuera es espectacular. El más bonito de los 3 sin duda.
- El tercero tiene un poco de todo: es bonito por fuera, viene más equipado que los demás (bluetooth, iPod, navegador, xenón…) y por dentro está mucho mejor acabado que el segundo, pero no llega a las cotas del primero.
La prueba en real tras comprobar el motor y comportamiento será decisiva. A priori, el tercero parece que va a ser el mejor motor y el segundo el mejor comportamiento el primero es muy bueno en todo, pero flojea en motor y comportamiento.
Los tres modelos tienen precios similares (adaptados recortando equipamiento, porque, realmente, todos pueden llevar de todo pero a unos precios… Uf!) y sus dimensiones y motores también son similares.
Lo que es muy gracioso es el mundillo de los comerciales del automóvil. Esta semana he estado paseando por los concesionarios.
- El comercial número uno era una chica joven. No tiene ni idea de coches, pero conoce al milímetro cada detalle de los que vende ella. Es más, puede explicar cómo funciona el common-rail, porque el coche que vende lo lleva. Fue la más satisfactoria, ya que tenía un par de dudas al respecto de cosas que no había encontrado en la web ni en los catálogos.
- El comercial número dos era un vendedor de motos. Se definió a sí mismo como «profesional del motor». También podía explicar cómo funciona el ESP, pero perdió gran parte del tiempo emitiendo FUD al respecto de los otros dos modelos de la competencia (y de un tercero que no visité porque està descartado a pesar de que le avisé de que ese modelo no lo estaba contemplando). No supo decirme si la conexión para iPod necesitaba de un cargador de 6 CDs, me comentó que lo miraría y me llamaría. En su defensa hay que decir que el modelo en cuestión está recién sacado al mercado. Fue el único que no me dio un catálogo en papel y ni siquiera tenía tarjetas de visita. Tachó un nombre a boli y puso el suyo en otra tarjeta.
- El tercer comercial era más estándar. La verdad es que tenía poco que decir pues me sé al milímetro cada detalle de ese vehículo. Sin embargo dentro de la misma marca hay dos opciones más, interesantes. Me enseñó los tres coches, le hice «perder» más de 1 hora y fue siempre correcto y amigable. La chica del primer concesionario era más guapa (¿subliminal?) pero bien.
En definitiva, muy divertido todo. Entre la semana que viene y la siguiente, probaré todos esos modelos. De momento, el mejor situado es el tercer modelo pero ¿Quién sabe cuánto pueden sorprenderte unos ingenieros después de diseñar un motor y un chasis? :-)